Mi bisabuela rara vez usaba maquillaje. No se teñía el pelo cuando se le ponía gris. No se perforaba las orejas. No creo haberla visto nunca preocuparse por su aspecto o por lo que llevaba puesto. Mi padre me dice que se enamoró de ella antes de enamorarse de mi madre. Pienso mucho en esto y sé a qué se refiere. Ella irradiaba una esencia interior que era realista, terrenal, inteligente, vibrante y, sobre todo, amor puro. Pensé mucho en ella cuando hice estos productos (¡está en la solapa interior!). Sé que su historia de vida no fue fácil. Perdió a dos hermanos pequeños cuando era niña y su marido, el amor de su vida, murió cuando ella tenía solo cincuenta y dos años.
Ella se sobrepuso a todos los desafíos con una fe profunda y duradera en el poder del amor y la comunidad para sanar. En su baño había pociones, ron de laurel, ungüentos, bálsamos. Vivíamos en ese baño, no porque pudiéramos robar cremas, brillos de labios o la última base, sino porque allí nos sentíamos bien. Los aromas todavía persisten en alguna parte de mi cerebro, nunca se van. El baño parecía una antigua farmacia europea, auténtica, arraigada, casi necesaria. La esencia de Nina llenaba el aire, y su fuerza interior era esa esencia. Esa era su belleza, su bienestar.
Estos productos son un homenaje a ella y a la idea de que la belleza es cómo te sientes, que un aroma puede transportarte a un lugar de confort. Lo llamé bienestar en lugar de belleza porque no puedes ser bella si no estás bien.
Quiero usar esta plataforma como una forma de honrar a las mujeres cuya belleza reside en su interior. Son hermosas por lo que han soportado. Su belleza es su fuerza interior, una fuerza que no es solo poder, sino vulnerabilidad y ternura. Su belleza es una sonrisa a pesar del dolor que han tenido que soportar. Su capacidad de entregarse cuando sienten que ya no pueden más. Mujeres que muchas veces no tenemos tiempo para cuidarnos a nosotras mismas porque estamos cuidando a otras.
Todas las madres sentimos a menudo que no tenemos tiempo, pero creo que es exponencial para aquellas que pasan semanas y meses en un entorno hospitalario o en un aula de educación especial, o en un consultorio médico. Las madres de los “niños orquídea”, como le gusta decir a una querida amiga. Las que vinieron a mostrarnos un camino diferente. Quiero honrar a las que se han cruzado en mi camino y contar sus historias, y escuchar, en sus propias palabras, lo que la belleza y el bienestar han significado para ellas. ¿Qué las hace sentir bien? ¿Cómo han aprendido a sobrevivir? ¿Qué se necesita para estar bien?
Creé estos productos para ayudar a nutrir y cuidar a través del tacto y del aroma. Para ayudarnos a todos a sentirnos bien. Al compartir historias de mujeres que considero extraordinarias, espero expandir la noción de lo que significa la belleza y el bienestar y espero que podamos seguir siguiendo los hilos que nos unen a todos y construir una comunidad de cuidado mutuo en torno a nuestras experiencias individuales.